Érase una vez un rey y
una reina que querían tener un bebé pero no lo conseguían, asique pensaron en
contactar con una empresa de vientres de alquiler muy conocida que había en
EEUU. Al mes siguiente viajaron a este país para elegir a la madre de alquiler,
eligieron a una mujer guapísima, rubia, alta...y se la llevaron de vuelta a su
palacio para cuidarla y protegerla los siguientes nueve meses. Llego el gran
día, la niña nació, era un bebé precioso. Para celebrarlo el rey encargó a sus
Community Manager que anunciaran por todas las redes sociales la gran fiesta
que celebrarían en una semana. Cada vez más amigos y familiares confirmaban su
asistencia a través de facebook y twitter. A los tres días ya había unas 300
personas que asistirían. Pero hubo un problema, y es que se les olvidó mandarle
el mensaje a la madre biológica de la niña, y esta se enteró por todo el revuelo
que se había creado en las redes sociales y en la televisión, y decidió
asistir. Cuando llegó a la fiesta cogió a la niña y se la llevó a escondidas.
Cuando los reyes se enteraron se volvieron locos. Llamaron a la policía y en 1
hora ya había un dispositivo por todos los alrededores de palacio y las
carreteras cercanas. Finalmente encontraron el coche con la mujer y el bebé
intentando salir de la ciudad. Los reyes fueron felices de nuevo con su bebé en
brazos y decidieron ponerle una pulsera a la niña con un localizador para que
no volviera a pasar nada parecido.
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