martes, 18 de marzo de 2014

Cristina Gutiérrez Sarmiento: La bella durmiente



Érase una vez un rey y una reina que vivían muy tristes porque no tenían hijos. Pasados unos años por fin tuvieron una preciosa niña gracias a una inseminación y, como es natural, celebraron una gran fiesta. El día del bautizo invitó a todas las primas, a través de Facebook, para que les acompañaran y le otorgaran regalos.

Después del bautizo se celebró un concierto para agradecer a la asistencia a todos los familiares. En el sitio de cada una había una Tablet como obsequio, pero de pronto apareció una prima, Julia a la que habían olvidado mandar un privado por Facebook. El rey ordenó poner una Tablet más en la mesa, pero ya no había y la prima, creyendo que la despreciaban, ante su enfado comenzó a poner comentarios despectivos por todas las redes sociales, incluso había uno de amenaza.

Llegó la hora de que los invitados comenzaran a entregar sus regalos, a la pequeña princesa. La prima más joven le regaló un móvil; la segunda, un portátil; la tercera, una tv plasma; la cuarta, una PSP; la quinta, un manos libres para el coche, la sexta una IPad. Cuando llegó el turno de Julia, la prima “olvidada”, además de no regalarle nada dejo escribió en Twitter: “mi prima pagará por lo ocurrido en este día tan especial, me encargare de que tome una fruta con hueso, ya que es alérgica”.

Este terrible comentario hizo que todos sus seguidores en Facebook se asustaran. Pero una amiga le contestó:

-¡estad tranquilos! A vuestra hija no le pasará nada. La princesa tomará la fruta pero se salvará,  permanecerá varios días en coma, y la despertará un bello médico. El rey  difundió un twist en el que comunicaba su alergia, con el fin de evitar reacciones. En poco menos de una hora la noticia llegó a todos los ciudadanos del país.

En la víspera de su 16 cumpleaños, estando el rey y la reina ausentes, la joven princesa, decidió tomar una macedonia de frutas inconsciente de que no se trataba de la que actualmente tomaba, era una nueva y llevaba melocotón:

Tan pronto se la tomo, la princesita cayó desvanecida. La limpiadora al escuchar el zumbido bajo corriendo y al verla en el suelo cogió su móvil y llamo al 112, pero cuando llegaron no pudieron reanimarla. La noticia fue publicada en todos los periódicos, cadenas televisivas y páginas de internet, en poco tiempo todo el mundo estaba informado. Sus padres decidieron hacer un anuncio televisivo para que la ayudaran a buscar los mejores médicos, además de mandar un difundido por Twitter.

Al cabo de varios días, un joven médico interesado en lo ocurrido se acercó al hospital y vio a la princesa rodeada de prensa. Preguntó qué era aquel barullo de personas, y un anciano le contó lo que él se suponía, a la princesa le quedaba poco tiempo.

El médico pensó que podía ayudarla y decidió darle un nuevo medicamento, nuevo en Estados Unidos. Nada más entrar en el hospital, todos aquellas personas se abrieron para dejarle paso, muy nervioso cogió el ascensor, caminando hacia la UBI, donde se encontraba la princesa en coma, por el camino numerosos flashes se dirigían a su cara, pero él no les echaba cuentas…

Cuando hubo atravesado todo el hospital, vio una imagen inquietante; demasiadas máquinas rodeaban a la princesa. Entonces entró y le inyecto el nuevo medicamento, a los pocos minutos la princesa abría los ojos.

El médico se aproximó despacio, como si temiera despertarla, y la miró con deseo un largo rato. Se arrodilló junto a ella para besarla y en ese instante la princesa despertó, miró al joven médico y susurró:


-¿sois vos, mi salvador? ¡Cuánto os lo agradezco! Mañana daré una rueda de prensa en agradecimiento.

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